Un paquete de jamón ibérico envasado al vacío dura hasta 90 días sin abrir, siempre y cuando se mantenga en un lugar fresco y oscuro, y no sufra cambios de temperatura bruscos.
Aunque los consumidores prefieran disfrutar un jamón recién cortado, no son despreciables las ventajas que ofrece un jamón envasado al vacío. Solo hay que tener en cuenta unos sencillos pasos para su correcto consumo.
Para empezar, lo más destacable es que su almacenamiento es mucho más cómodo y óptimo, ya que ahorrarás mucho espacio en la cocina. Además, para los poco experimentados en cortar jamón, ofrece la virtud de no tener que enfrentarse a los cuchillos.
Para su correcta conservación, es importante que los sobres de loncheado no sufran cambios de temperatura bruscos ya que podrían alterar sus características organolépticas. Si disponemos de un lugar fresco y que no le dé el sol, como una despensa, sótano o bodega por ejemplo, se pueden mantener perfectamente sin necesidad de ser refrigerados. Si no disponemos de ella, se aconseja conservar en el frigorífico hasta su degustación.
Si hemos optado por la opción de meterlos en la nevera, es aconsejable sacarlos de ella una media hora antes de ser consumidos para que el jamón se atempere. De esta manera podremos sacar las lonchas sin que se nos peguen.
Una de las ventajas que ofrece el jamón ibérico envasado al vacío es que se trata de un regalo ideal para aquellos que disfrutan de los grandes sabores de nuestra gastronomía. Son ideales para formar lotes y complementarlos con un buen vino y un queso de la tierra. Y también es una buena opción para sorprender a las visitas inesperadas, teniendo un manjar listo para degustar en unos minutos.
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