El jamón envasado al vacío ofrece muchas ventajas de conservación. Sólo hay que tener en cuenta algunos consejos para disfrutarlo tanto como si estuviera recién cortado.
Lo principal es conservar todos los paquetes en un lugar fresco y privado de la luz. Teniendo esto en cuenta, podemos recurrir a dos zonas principales: el frigorífico y la despensa.
Productos empacados al vacío
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Conservar en frigorífico
El lugar de conservación perfecto es la nevera siempre que mantengamos una temperatura de entre 0 y 4 ºC. De esta forma podremos mantener intacto el sabor de nuestro jamón. Eso sí, es conveniente sacarlo al menos 30 minutos antes de su consumo.
Conservar en despensa
Además de la nevera, otro lugar para conservar el jamón loncheado al vacío durante un corto período de tiempo es la despensa. Estos espacios no superan los 20ºC, y aportan la oscuridad necesaria, ya que el sol y el calor son el peor enemigo del jamón. Es muy importante señalar que en la despensa, como máximo, podrá aguantar una semana a partir de la fecha de envasado que indica el fabricante.
Consumir después de abierto
Una vez abierto el sobre de jamón, la recomendación de nuestros expertos jamoneros es consumir de una vez todo el contenido, pues habiendo roto el vacío, irá perdiendo parte de sus propiedades si volvemos a meterlo en la nevera. Mejor no dejar un sobre a medias.
Cuando el ambiente es frío, un buen truco para consumir las lonchas de jamón envasado al vacío en su temperatura óptima, es poner el envase bajo el agua caliente del grifo antes de abrirlo. Así conseguirás la temperatura de consumo idónea, y las lonchas se despegarán con mayor facilidad.
En el momento en que las finas lonchas se despeguen cómodamente, entonces sabrás que el jamón raza ibérica envasado al vacío se encuentra en su temperatura perfecta de consumo: 22ºC y su grasa natural llena de omega 3 ha pasado de estado coagulado a líquido, permitiendo desplegar todos sus sabores y aromas.