Descripción
Un jamón de gran calidad garantizada gracias a una crianza en plena libertad en el Valle de los Pedroches y una alimentación a base de pienso, cereales, bellotas y plantas silvestres.
Su proceso de curación tiene una duración mínima de 24 meses, y la garantía de que se cura exclusivamente con sal, a la manera tradicional. No se le añaden otros ingredientes para acelerar los procesos, lo que lo hace apto para personas que sufren alguna intolerancia, o para aquellas que desean una alimentación más saludable.
Proceso de curación:
Como en todas nuestras piezas, comenzamos por el salado colocándolas en pilas. Tras los días necesarios en salazón, se ponen en secaderos a una temperatura y humedad controlada, donde pasan unos meses. En esta etapa inicial es muy importante el frío e ir subiendo la temperatura y reduciendo la humedad paulatinamente para evitar que la pieza se estropee.
El siguiente paso es colgar la pieza en una bodega natural, donde va a pasar más de un año, pasando al menos un verano por ella, que es ahí cuando el jamón va “a sudar” durante el día por las elevadas temperaturas y se va “a apretar” por la noche produciéndose las reacciones químicas en el interior de la pieza que le van a dar ese color, aroma y sabor tan característico. La ubicación de este tipo de bodegas es muy importante, estando situados en zonas de sierra donde en verano, los días son calurosos, pero no en exceso y las noches frías.
En el paso final interviene la mano humana experta, escogiendo la pieza que se encuentra en su punto óptimo de curación, que tas calarla para poder apreciar el aroma y tocarla para sentir la textura, la envuelve para que la puedas disfrutarla en tu casa.
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