Descripción
El proceso de secado es lento para que la curación sea uniforme. Primero, la pieza se cubre con sal para que se conserve y adquiera el punto justo. Para asegurarse de que no queda salado, nuestros expertos revisan cada pieza. Después de lavar el jamón para eliminarle la sal, se coloca en un secadero con una temperatura de y una humedad controlada, durante unos meses. Una vez que ha transcurrido ese tiempo en este ambiente, donde el aire y las temperaturas van a provocar unas reacciones químicas en el interior que le van a dar ese color rojo brillante, el aroma intenso y un sabor indescriptible. Finalmente pasa a la bodega natural que tiene una temperatura adecuada donde se asienta y coge cuerpo terminando así el proceso de curación con al menos 2 años y medio.
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